Iglesia de Sant Bartomeu en Alpicat. De zkvrev |
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Alpicat, un pintoresco municipio de la comarca del Segrià, ofrece al visitante una interesante combinación de historia, cultura y paisajes. Antiguamente conocido como Vilanova de Alpicat, este pueblo ha sido testigo de importantes episodios históricos que han marcado su evolución a lo largo de los siglos. Situado en una colina que domina una vasta llanura, Alpicat ha sabido conservar su patrimonio y encanto tradicional a pesar de los desafíos del pasado.
Uno de los principales atractivos del pueblo es la iglesia de Sant Bartomeu, un imponente edificio construido en el siglo XVIII sobre las bases de una antigua iglesia gótica. La arquitectura de la iglesia presenta una transición de estilos: mientras que el exterior muestra influencias barrocas, el interior refleja un estilo neoclásico. El campanario, que fue reconstruido, destaca por su tejado de cerámica vidriada de color azul, un rasgo singular que lo hace fácilmente reconocible. Este templo es uno de los símbolos más representativos de Alpicat y un lugar de visita obligada para aquellos interesados en el patrimonio religioso y arquitectónico.
Otra edificación emblemática del municipio es Cal Negre, una casa solariega que data de la primera mitad del siglo XVIII. Situada en el casco antiguo, esta casa de piedra picada ha sido cuidadosamente preservada y es un testimonio del pasado rural y acomodado de Alpicat. La casa tiene cuatro plantas: la bodega en el nivel inferior, seguida de las cuadras, y dos plantas más destinadas a la vivienda. Es la única casa de campo en Alpicat que se ha conservado en tan buen estado, lo que la convierte en un punto de interés para aquellos que deseen conocer la historia de las familias más acomodadas de la zona.
Alpicat no solo es rico en patrimonio arquitectónico, sino que también cuenta con un vibrante calendario festivo. La fiesta mayor, en honor a Sant Bartomeu, se celebra el fin de semana más cercano al 24 de agosto y ofrece una variedad de actividades para todos los públicos. Durante estos días, las calles del pueblo se llenan de vida con eventos folclóricos, culturales, musicales, pirotécnicos y deportivos. Es una ocasión ideal para disfrutar de la hospitalidad de los alpicatenses y sumergirse en las tradiciones locales.
Además de la fiesta mayor, Alpicat celebra su fiesta pequeña en honor a Sant Isidre, el fin de semana más cercano al 15 de mayo. Esta celebración tiene un carácter más íntimo y emotivo, ya que incluye un homenaje a los padrinos mayores de 80 años, lo que ha llevado a que esta fiesta sea conocida como "la fiesta de los padrinos". Durante estos días, el pueblo se reúne para rendir homenaje a los mayores, al tiempo que se disfruta de diversas actividades festivas.
En resumen, Alpicat es un destino lleno de encanto, donde la historia y la cultura se combinan con la belleza de su entorno natural. Con su patrimonio arquitectónico bien conservado, como la iglesia de Sant Bartomeu y Cal Negre, y sus festividades tradicionales, este municipio del Segrià ofrece una experiencia auténtica y rica en matices para quienes lo visitan.
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